Abriéndome paso a lo bobo, desmalezando mi jardín, podando mi locura... No puedo más que fruncir el ceño y hacer gestos como quien chupa limón al imaginarme de pie otra vez ante tal inmensidad.
Decidí ponerle nombre a lo que no se puede decir, usarlo de metáfora; Un paso hacia la libertad de mi locura. En la inmensidad de mi mente no hay barreras sino fuertes obstáculos que podrían destruir hasta al más entero de los hombres, cientos de espinas dispuestas a desgarrarme el exterior y dejarme en carne viva, con las emociones a flor de piel, rompiendo mi inútil coraza, salvándome de mi escondite...

No hay comentarios:

Publicar un comentario