Así empezó este calor... Una mañana, de algún mes, de algún año, no recuerdo bien cuando, pero si cierro los ojos puedo sentir tu pelo otra vez rozándome las piernas, puedo escucharte ahogándote en gemidos, puedo sentir como mi piel se eriza y como se desliza esa gota por mi espalda, como tus dedos me recorren, me magullan y me hacen fundirme con tu piel. Esa forma loca de morderme la boca. 
Encendiste tanto en mi, que ya no puedo parar de quemarme... Y así ando mendigando placeres, racionalizando el sentimiento, la emoción, la pulsión. 
Te llevaste mi alma en tu vientre, y solo una cosa me la podrá devolver...

No hay comentarios:

Publicar un comentario