Por ratos la vida pasa impura sin tocar siquiera los hilos de la trama imperfecta creada por las miles de conexiones intrapersonales, de acciones, palabras y sueños, dispersos por la geografía tangible que se funde casi demencialmente en cada alma... En la memoria de cada pupila, se encuentra todo lo que debemos saber; solo al alcance de los que miran con el corazón y comprenden la emoción, de como todo viene y se va pero queda. La mística del instante, que roza nuestra vida para cambiarla para siempre, imperceptible, equidistante al tiempo en sí... Real e irremisible. Lo que fuimos, lo que somos y seremos, nunca será igual. 

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